Diana Larrea – Yo existo, tú existes, nosotras existimos. Sala Verónicas Murcia
15/may/2021 - 25/jul/2021
El proyecto expositivo que ha concebido la artista multidisciplinar Diana Larrea (Madrid, 1972) para la Sala Verónicas, está conformado por tres obras basadas en un mismo discurso conceptual común. Estas tres obras están inspiradas en una acción artística online que Diana Larrea lleva a cabo desde el año 2017 a través de su perfil personal en las redes sociales. La acción se llama “Tal día como hoy” y es un trabajo híbrido de activismo feminista, investigación histórica y divulgación cultural. En él la artista se dedica a publicar periódicamente la biografía y las obras de mujeres artistas del pasado olvidadas y/o desconocidas. Se trata de una revisión histórica enfocada en la recuperación y revalorización de la labor artística de las mujeres que ha sido ignorada durante siglos por el discurso oficial.
A partir de esta acción, Diana Larrea ha desarrollado el proyecto post-fotográfico “De entre las muertas” (2020), en el que ha seleccionado una serie de 100 autorretratos de grandes pintoras de la historia del arte, desde el Renacimiento hasta las Vanguardias del siglo XX. Diana ha modificado los archivos originales de estos autorretratos para mostrar los rostros de estas mujeres como si fueran registros de una fantasmagoría. A modo de lo que la artista llama “falsas cianotipias”, Larrea ha transformado digitalmente los autorretratos en forma de negativo y en color azul, para hacer referencia al antiguo método del cianotipo, que fue llevado a cabo por la que hoy está considerada la primera fotógrafa de la historia: la botánica británica Anna Atkins (1799-1871).
Otra de las obras que vemos en la sala es una proyección de vídeo en la zona del altar titulado “Una artista para cada día” (2021). En él podemos ver todas las “Instagram Stories” que Diana Larrea ha estado compartiendo a diario con sus seguidores en las redes durante un año. El vídeo está editado con 365 pequeños clips, de pocos segundos de duración cada uno, con los que la artista actualiza las figuras artísticas femeninas del pasado para traerlas a nuestro contexto social contemporáneo. Como banda sonora de este vídeo, Diana Larrea ha escogido una música litúrgica compuesta por Hildegard von Bingen (1098-1179), abadesa benedictina, filósofa, naturalista y visionaria mística. La música de Hildegard armoniza con el concepto global de esta exposición y, al mismo tiempo, sintoniza con la arquitectura de la Sala Verónicas al haber sido un lugar sacro.
La tercera pieza está concebida por Diana de manera específica para esta ocasión y está basada en Inés Salzillo (1717-1775), hermana y colaboradora esencial en el taller barroco de imaginería del escultor murciano Francisco Salzillo (1707-1783). Se sabe que las funciones de Inés dentro del obrador eran la aplicación de la policromía de las tallas, las encarnaciones y el proceso del estofado. Siguiendo el patrón social impuesto para las mujeres en aquella época, Inés tuvo que abandonar el taller cuando contrajo matrimonio, después de 15 años dedicada a trabajar de manera no remunerada y subordinada en el negocio familiar. Diana Larrea ha querido rescatar y revalorizar la figura de Inés Salzillo y, para ello, se ha centrado en la imagen de la “Virgen Dolorosa” (1742) conservada en la Iglesia de Santa Catalina. Tomando como inspiración esta talla, Larrea ha desarrollado una instalación espacial titulada “Atelier creativo de Inés Salzillo” (2021) que está compuesta por una serie dibujos, un mural en la pared y unas piezas de madera recubiertas con pan de oro. El conjunto se interpreta como una metáfora de todos esos impedimentos que como mujer encontró Inés Salzillo a la hora de poder ejercer una profesión creativa, simbolizando esa situación de reclusión social en la que eran sobreprotegidas las mujeres en su época dentro de “jaulas de oro”. Esta idea se intensifica gracias a la ubicación que ha elegido Diana para situar la instalación, ya que se encuentra en la sala pequeña tras la celosía, un espacio cerrado donde antiguamente rezaban las monjas Verónicas en este convento de clausura.